Lopy, capaz de conseguir lo que se proponga

Lo admito. Se lo repito una y otra vez, iluso de mí, en la confianza de que con ello pueda conseguir que la adquiera. Autoconfianza, un rasgo de personalidad quizá infravalorado. “Puedes conseguir todo lo que te propongas”. Sí, esa es la frase que deslizo a mi hija cada vez que se siente insegura en cualquier aspecto del día a día. La teoría es maravillosa, claro. Aplicarla a la práctica, otro cantar. No lo es únicamente para ella, por supuesto. Incluso para su padre, que trata de ofrecerle ese empujón que todo niño necesita de sus progenitores lo es. Ni con esas consigue despegar. Al menos, quiero creer, ofrece consuelo. Lo de Dion Lopy, sin embargo, va mucho más allá.
El chico de la mente clarividente
El senegalés, en realidad, aparenta una serenidad incluso inquietante. Probablemente, dada su edad, en su interior aloje ciertas inseguridades, aunque de cara a la galería no ofrece signos de fragilidad mental. El bueno de Dion se sitúa en la medular y, desde ahí, parte, reparte y se lleva la mejor parte. Intuíamos del centrocampista un perfil de corte más ofensivo, distributivo. Asociativo, si me apuran. Con dichas características, la gran incógnita se centraba en conocer si sería capaz de ostentar la posición del pivote o si, por el contrario, carecería de los conceptos defensivos necesarios para ejercer esa labor de contención para una UD Almería que, a priori, tan solo contaba con Idrissu Baba en tal demarcación. En La Cerámica, salvo exhibición efímera, las dudas se disiparon.
Y es que Dion Lopy está llamado a dominar la medular del conjunto indálico en todos los sentidos. Claro, lo que suponíamos que tenía lo posee. La novedad es que, aquello de lo que se dudaba, no deja lugar a dudas. Lo excepcional del futbolista de Dakar es que domina la fase defensiva de manera irrefutable, pero además lo hace con pausa y seguridad. Sin aparente nerviosismo, sin grandes alardes, como el que se dispone a pasar un día más en la oficina. Así, a base de colocación y una absoluta clarividencia destapó este joven futbolista su frasco de las esencias en Villarreal.
Inteligencia y conocimiento absoluto del juego
Porque el fútbol de Lopy se disfruta de manera prácticamente desapercibida. Situado en la medular, se ofrece para recibir, distribuye escogiendo siempre la mejor opción, apoya en la construcción de juego y vigila cuando su equipo lleva la fase ofensiva al último tercio. En esa vigilancia, difícilmente pierde la posición. De hacerlo, escoge muy bien el momento para incorporarse e, incluso, amenazar con su potente disparo desde la frontal. Toca, supera líneas y aporta en la construcción, tanto en desplazamientos cortos como en largo. Ante la presión, es tan capaz de descargar como de girar con el balón acertando habitualmente en su elección.
Esa inteligencia con balón es tan capaz o más de aplicarla en fase defensiva. De hecho, quizá sea ese conocimiento absoluto del juego y las situaciones que se pueden plantear en ambos sentidos lo que haga de él un futbolista tan interesante y un perfil tan atractivo. El inicio de temporada de la UD Almería está repleto de sombras, sí, pero entre ellas aparece una luz con la que no se contaba y que puede contribuir en gran medida a la reacción. Dadas las carencias defensivas mostradas hasta la fecha por los indálicos, contar con un futbolista capaz de contener y construir con clarividencia podría resultar una clave absoluta para que los de Vicente Moreno reaccionen y logren la estabilidad que persiguen. Él, mientras tanto, continuará con ese semblante impasible, tranquilo, inalterable. Como si, el sí, hubiera conseguido captar el mensaje de su padre e interiorizarlo. “Sí, puedo conseguir lo que me proponga”.
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