Villarreal B y Huesca, en tierra de nadie

Dos son los equipos que se han ganado el derecho a vivir un final de temporada tranquilo. O al menos eso aparentan, aunque tendrán que confirmarlo en un mes de abril que se les presenta precisamente como eso, como un período de confirmación del trabajo bien hecho. Son el Villarreal B y la SD Huesca y sobre su futuro más inmediato es sobre lo que te vamos a hablar a continuación.
El mini submarino, a la altura de Segunda -por Pablo Garcés-
El grupo más joven de la categoría. Un recién ascendido, un filial. El objetivo no podía ser otro que competir lo mejor posible y quizás, ya de paso, formar alguna de sus perlas para el primer nivel. 45 puntos en 33 jornadas son los responsables de que el único filial de la categoría pueda encarar la recta final con aparente tranquilidad. Y es que, si el objetivo era concursar en la Segunda División lo mejor posible, los pupilos de Miguel Álvarez han logrado aparentar una madurez que por edad de la plantilla es difícil de atesorar.
Para no sufrir en el campeonato regular hay que ser, pues eso, regular. Nunca el minisubmarino amarillo ha vivido por debajo del decimosexto puesto durante el transcurrir de la competición. De agosto hasta el día de hoy han vivido en la zona cómoda de la tabla, pese a que iniciaron de manera rebelde su andadura en la plata convirtiéndose en el primer líder de la 22/23. Y ahí están ahora, en la novena posición, a 11 puntos del descenso con tan solo 27 por disputar. A menos, a 7 puntos, de un playoff que, por otro lado, no podrían jugar. Así que ahora el objetivo no puede ser otro que seguir compitiendo más y mejor y, si eso, también formar.
En este sentido, en el de seguir compitiendo con una madurez impropia de la precocidad de un filial, el conjunto ‘groguet’ ha firmado un mes de marzo en el que todo ha sido sumar. De los 4 encuentros disputados la mitad se saldaron con un empate y los otros dos se cosecharon como victorias. Vaya, que el Villareal B en el tercer mes del año ha conseguido 8 de los 12 puntos que se pusieron en juego. Curioso que las dos victorias hayan sido contra rivales de superior posición en la tabla: una victoria en La Cerámica por la mínima frente al Deportivo Alavés (1-0) y un festín de goles, también como local, frente al Cartagena (5-2) en la que fue la primera vez que el filial superaba los 3 goles anotados en un encuentro de esta campaña. Los dos empates registrados fueron con marcador de 0-0. Primero con un Ibiza que comenzaba a vislumbrar su mejoría y después, para cerrar el mes, contra un Huesca que con ese resultado ya sumaba su decimosexto empate, su séptimo como visitante. Como habrán visto, 3 de los 4 encuentros se disputaron en el estadio del equipo dirigido por Miguel Álvarez donde el filial amarillo ha logrado erigirse como uno de los anfitriones menos agradables de enfrentar en la categoría. Nada más y nada menos que con la suma de 30 puntos desde la localía, el 7º clasificado si solo contasen los resultados obtenidos bajo esta casuística.

Tasende, una de las grandes sorpresas positivas del filial | Foto: Villarreal CF
En este mes también ha habido espacio para los festejos, puesto que Miguel Álvarez ha sido homenajeado por sus 200 partidos oficiales como técnico del segundo equipo del Villarreal. De modo, que podemos decir que marzo ha sido un mes positivo para los intereses amarillos.
Abril traerá por delante 5 retos, si es que se cumple el calendario prefijado. Curiosamente, los de Miguel Álvarez disputarán su primer partido el día 1 y disputarían el último del mes el día 31. Abrirá el menú del mes con una visita a las Islas Canarias, más concretamente a Tenerife. Su rival es uno que, pese al chute de energía que fue su victoria en el derbi, todavía debe luchar por zanjar su permanencia en la categoría de plata y eso que solo separan cuatro puntos en la tabla a ambos equipos. Desde luego, aparenta poder ser un duelo muy igualado. En segundo lugar, el Villarreal B recibirá a un Málaga que anda buscando la épica. La consecución de una de las remontadas más imposibles de la historia de Segunda pasa porque los boquerones vuelquen al submarino en su propia casa. Ya a mitad de mes a los ‘groguets’ les tocará visitar Butarque para ver si el Leganés todavía sigue con apariencia de animal herido, sumido en una mala racha y en riesgo real de ser considerado para la lucha por la salvación.
Habiendo enfrentado tres rivales peor colocados en la tabla, al Villarreal B le tocará cruzar su camino con dos equipos que quizás, todavía, anden disputándose la última plaza de playoff. Y es que, la jornada 37 hará viajar al Albacete de Rubén Albés hasta tierras castellonenses y el mes de abril quedará cerrado para el filial del club presidido por Fernando Roig con un viaje a Burgos con Invernalia apretando por colarse entre los aspirantes a la Primera División.
Con la calma de un buen colchón de puntos y con el punto de mira puesto en varios equipos que deben luchar por sus objetivos hasta el final, al Villarreal B se le presenta la ocasión de cerrar la permanencia en la categoría con la mayor celeridad que pueda ser posible. Para, de esta manera, poder disfrutar de un final de temporada tranquilo que abra la posibilidad de ver a aquellos jugadores menos usados durante el campeonato e incluso conceda oportunidades a esos jugadores de la base que puedan llegar desde el Villarreal C (10º en 3ªRFEF) o de un Juvenil A que marcha 3º en su grupo de División de Honor y que sucumbió en la prorroga de los octavos de final de la Copa del Rey frente al Deportivo de la Coruña. Ante estas posibilidades y con un calendario primaveral no excesivamente exigente, pero ni mucho menos fácil, el objetivo no debe ser otro que cerrar la continuidad matemática en Segunda ya. Lo tienen en su mano.
El Cuco, castigado y premiado por los empates -por Mario Jiménez-
Nueve puntos por encima del descenso y otros tantos por debajo del Play-Off. Así está el Huesca de Ziganda, tras la jornada 33, a dos meses de finalizar la temporada, en tierra de nadie. En agosto, la idea era clara: sumar 50 y no pasar apuros. Con la decepción del curso pasado, ese era el primer objetivo. Y, de conseguirlo pronto, ver a qué podían aspirar. Porque si algo tiene Segunda División es que da oportunidades a todos, primando más los bloques que las individualidades.
Y el Cuco, que ha construido un grupo fuerte, de eso sabe un rato. Pero, a pesar de los grandes números defensivos (27 goles en contra, 6º mejor), que le han mantenido siempre con un buen colchón sobre el descenso, las carencias ofensivas lo han lastrado mucho como para optar a cotas mayores.
Con los problemas del límite salarial, que se vieron plasmados en la confección de la plantilla, el equipo tampoco ha podido aspirar con verdaderas posibilidades a los seis primeros puestos. Le está faltando calidad, futbolistas que puedan cambiar el objetivo por sí mismos. Porque el escaso gol se traduce en que los del Cuco son líderes en empates (16). Y así es muy difícil aspirar a ascensos.
Por mecanismos ofensivos que le ayuden a generar, y que por ende le acerquen al gol, pero sobre todo por la ausencia de un gran goleador. Su pichichi, después de 33 jornadas, es Juan Carlos Real (5 dianas). Y el segundo, empatado con Abou Kanté (3), es Samuel Obeng, que llegó en enero.
Victoria frente al Mirandés y Levante. Y empate ante Sporting, Granada, Ibiza, Racing, Zaragoza y Villarreal B. Tras el pobre inicio y final de año, con un mes de enero que le dejó con poco margen, el Huesca ha recuperado su gen competitivo y se ha rehecho. Ocho partidos seguidos sumando para dejar casi sentenciada la salvación antes de comenzar la Semana Santa.
Excepto en el último, contra el filial amarillo, el conjunto de Ziganda había visto portería frente a todos estos siete rivales. Una dinámica que no había mantenido nunca este curso, lo más cerca que había estado de ella fue a principio de temporada, con seis semanas consecutivas haciendo goles, entre la segunda y séptima jornada liguera.
Siendo el segundo equipo que menos tira y el quinto que menos goles proyecta -por la cantidad y calidad de sus ocasiones-, no sería raro que el Huesca estuviese abajo. Pero también es el quinto más efectivo en área rival y, sobre todo, el segundo en área propia. Y ahí hay que alabar la gran temporada de su portero, Andrés Fernández, porque no hay partido en el que no deje alguna de las suyas.
15 puertas a 0, tres de ellas en esta buena dinámica de ocho jornadas, en 33 partidos esta temporada. Supone casi la mitad de lo disputado, una cifra realmente interesante, y por eso ahí el Huesca vuelve a ser referente: es el sexto equipo que más veces ha terminado sin encajar este curso. Solo por detrás de Las Palmas, Granada, Burgos, Eibar y Levante, todos con aspiraciones de ascenso.

El Huesca y sus problemas de gol: sólo siete equipos han marcado menos | Foto: SD Huesca
Alavés, Burgos, Andorra, Tenerife y Málaga. Ese es el camino que tiene que recorrer el equipo oscense en este mes de abril. Acercarse a la parte de arriba, bajar posiciones o, lo más probable, mantenerse en la mitad de la clasificación, por donde ha estado la mayoría de semanas. Desde verano hasta primavera. Entre agosto y abril. O lo que es lo mismo, de la jornada 1 a la 33.
Cinco partidos, tres en El Alcoraz y dos fuera de él. Primero, este domingo, recibirá a los de Luis García Plaza, en un examen que puede evaluar el nivel y la dinámica. Un equipo con mucho potencial que, aunque pierde enteros fuera de Mendizorrotza, acecha el ascenso directo. Después, también en casa, llegarán los de Julián Calero, que a pesar de no estar en su mejor momento siguen en la batalla del Play-Off.
A mediados de mes, con la Semana Santa ya terminada, al Huesca le tocará desplazarse a Andorra en un claro choque de estilos. El ataque de posición de Eder Sarabia vs el juego directo del Cuco Ziganda. El líder de la posesión (65.6%) frente al colista (41.5%). Un encuentro muy abierto entre dos equipos totalmente diferentes.
A estas alturas, con 43 puntos a falta de 9 jornadas para cerrar la temporada, los azulgranas están acariciando el que apuntaba a ser el objetivo, ya no el primero como podía parecer en un principio, sino casi el único. Porque si algo ha llevado el Cuco al club es tranquilidad, alejado del ruido y centrado en el rendimiento colectivo. Rescisiones, jugadores diferenciales que se quedaron libres, poco margen salarial…
El mercado de fichajes veraniego no fue sencillo para Ángel Martín González, un director deportivo de nivel para la categoría. Tampoco el invernal, aunque las necesidades eran otras. Con Samuel Obeng apareciendo en escena como una oportunidad de mercado por estilo y, sobre todo, por un hombre: Ziganda.
El navarro lo conocía a la perfección, sabía que le iba a ayudar en la carencia goleadora y, por tanto, que iba a acercarlo al objetivo de los 50 puntos. La Liga SmartBank no perdona, ya se vio el curso pasado siendo recién descendido de Primera División. Y, por ello, las prioridades también eran otras.
Año de armar bloque, empezar un proyecto, recuperar identidad… O de transición. No es lo habitual en un equipo que hace apenas dos años estaba en la élite, por eso el Huesca, como en Semana Santa con el Domingo de Resurrección, quiso volver a recuperar lo suyo. Pero, para eso, lo primero era competir. Y eso está haciendo.
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