La Ponfe recupera el alma

6 de enero de 2023. Esa fue la última vez que la Deportiva se marchó de un terreno de juego con tres puntos en el bolsillo. El equipo berciano llevaba más que un letargo de partidos repletos de sensaciones positivas y otros tantos de tirar la toalla viendo el púgil de enfrente. Sin embargo, cuando todo parecía encaminarse hacía el abismo más insondable, los blanquiazules sorprendieron con una victoria que parecía imposible ante uno de los grandes gallos de la categoría.
Soñar con la permanencia
La Ponfe sacó tajada del balón parado ante los babazorros convirtiéndose en el primer enemigo que castiga a los vascos desde la esquina del córner en toda la temporada. Los de Gallego han vuelto a soñar y fantasear con una permanencia que parecía haberse tornado azul oscuro casi negro y lo hacen con fundamentos que invitan a tener fe en un equipo que necesitaba un empujón en forma de puntos.

Estallido de júbilo en El Toralín | Imagen: SD Ponferradina
En una temporada donde los socios han demostrado que mueren por su escudo, la plantilla no ha estado a la altura de la circunstancias. A veces por decisiones calamitosas, fichajes que eludían los mínimos de la categoría e incluso un entrenador que ahuecó el ala tardíamente. Eso ya es pasado más que pisado y enterrado. La Ponfe ha dejado atrás el infortunio, las disculpas y la evasiva. El triunfo imprevisto por la lógica el pasado fin de semana ha desencadenado y liberado a unos futbolistas atenazados y atormentados por las circunstancias. Los de El Bierzo no han patentado el unocerismo ni tampoco la tenacidad en defensa, pero si que han abierto los ojos comprendiendo que la efectividad sumada a una defensa férrea puede regalarte una campaña más en la categoría de plata. Esa plata que la Ponfe convirtió en oro con el cabezazo de Vallejo.
El gol de Vallejo: esperanza
El atacante prestado por el Valladolid ha caído de pie en Ponferrada y, a pesar del sabor amargo de las lesiones, siempre que ha pisado la hierba, el equipo lo ha notado. Por su inteligencia sin balón, la capacidad para buscar a su par y porque los pocos maníacos que se atreven a encarar, están obligados a hallarse en el terreno de juego. Porque agitan la coctelera, porque metamorfosean un partido insulso y porque menean un árbol repleto de frutos que solo ellos logran ver. El andaluz es la luz, los fuegos de artificio y la luminotecnia. Es el faro, el descaro y la desvergüenza de un futbolista que no conoce otra manera de disfrutar el fútbol.

Hugo Vallejo celebrando el 1-0 contra el Alavés | Imagen: SD Ponferradina
Cuatro de seis puntos ante Granada y Alavés denotan la mejoría de un equipo que parecía haber viajado a tierras nazarís en forma de ocio y recibir a el Glorioso para aceptar la cornada final. No fue así. Ni de lejos. En Los Cármenes hubo que esperar hasta el último segundo del tiempo extra para no ver caer a los andaluces por primera vez en el fortín más inexpugnable del continente y en casa los locales nunca saborearon un marcador adverso. El cadáver al que todos daban por expirado se ha repuesto y lo ha hecho ante los colosos de una división que no perdona. Ahora, es el turno de la osadía y la valentía y la Deportiva está llena de ellos. No lo olviden. Este muerto está muy vivo.
Imagen destacada: Jugadores de la Ponferradina posando en el vestuario | SD Ponferradina
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