Huesca, una lucha constante consigo mismo

El regreso de la SD Huesca a Segunda División apuntaba, a priori, a ser fugaz. Nada más lejos de la realidad después de 25 partidos, tras los que el conjunto azulgrana solo ha demostrado ser un equipo de media o baja tabla. La llegada de Xisco Muñoz no ha logrado el efecto esperado, pues con un partido más ha conseguido los mismos puntos que el Huesca de Nacho Ambriz: 15.
Ahora, con el mercado de invierno ya concluido, no es ninguna exageración afirmar que Xisco y los suyos han de dar un paso adelante que no se ha logrado hasta ahora. Y es que, en ese sentido, la regularidad ha brillado tanto por su ausencia que no es posible decir que el Huesca haya merecido más puntos de los que tiene en estos momentos. Al contrario, puesto que no es una locura afirmar que en ciertos momentos ha gozado de una fortuna que muy pocas veces se ve. También, al contrario, aunque no es posible hablar de un equipo que haya transmitido en exceso sobre el verde.
Refuerzos para la esperanza
La situación no es fácil, pero la llegada de jugadores como Lago Junior, Pablo Martínez, Timor, Poveda y Gerard Valentín pueden acrecentar las opciones -de momento- de lograr cuanto antes los 50 puntos. Y es que, tal y como ha expresado el capitán Jorge Pulido recientemente, pensar en el play off es “un lastre” que puede pasar factura. En un bucle negativo constante, pasar de un juego tan ofensivo como el de Ambriz a uno más defensivo y de contrataque como el de Xisco no ha sido suficiente para cambiar los resultados.
Jorge Pulido: «Pensar en el play off es un lastre que nos puede pasar factura»
Mucho menos en casa, donde el Huesca cuenta con números de equipo aspirante a lograr la permanencia como máximo. En otras palabras, una anomalía que ha acrecentado el daño deportivo, convirtiéndose El Alcoraz en un estadio donde cosechar puntos es prácticamente un camino de rosas para los rivales y una odisea para los locales. El fortín azulgrana se ha enfriado, más si cabe con un equipo al que le cuesta transmitir confianza, juego y capacidad de amarrar los partidos.
El conjuro de la reacción
Queda mucho por delante, pero lo que está claro es que esta SD Huesca dista mucho de aquellas que pelearon y lograron el ascenso. También de aquellas que lucharon hasta el final por una permanencia en Primera División que acabó desvaneciéndose. En definitiva, una lucha consigo mismo de pasado, presente y futuro, en la que la estabilidad tanto deportiva como económica se encuentra en juego en momentos tan complicados como los vividos hoy en día.
Es obvio que al conjunto azulgrana se le debe exigir mucho más, pero también es de recibo conocer que muchos son los problemas sufridos durante la actual campaña. Ahora, en su mano tienen revertir una situación que no se antoja sencilla, y para lo que deberán definir un estilo y un rumbo colectivo, sin miramientos ni ataques personales que puedan dañar la integridad del club como equipo de fútbol profesional.
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