Frederico Venâncio, cemento para el muro armero

Ilusionarse después de un descenso no siempre es tarea sencilla. Aquellos castillos que construiste en el pasado, con motivo de gestas imaginarias e hitos cercanos, se desmoronan. Los grandes jugadores que tanto admirabas probablemente marchen a proyectos en un mejor contexto. Todo son cambios, muchos de ellos para mal. Sin embargo, los veranos en Segunda traen felicidad a muchos y restauran sus ilusiones. En Ipurúa muchos coincidirán en que se está trabajando de forma incesante para que lleguen nuevas caras. Para que esos futbolistas entren por la puerta del club con la esperanza de la mano. Frederico Venâncio es uno más de este brillante inicio de mercado armero.
Como un niño abusón ha entrado el Éibar en su regreso a Segunda. Después de una etapa larga en Primera se ha propuesto robarle el bocadillo a todos aquellos incautos que llevan tiempo cosechando temporadas en la categoría de plata. Óscar Sielva, Fran Sol, José Corpas, Javi Muñoz… Se ha nutrido de una selección de grandes futbolistas de la zona media de la campaña pasada, que puedan ofrecer rendimiento inmediato y nutrir un combinado para regresar a La Liga Santander.
Venâncio no es menos que estos otros. El central portugués, en su debut en Segunda, probó su valía como un excelente central. En el Club Deportivo Lugo, pese al susto final del equipo gallego, fue protagonista y uno de los principales motivos de la permanencia. El baluarte defensivo de una escuadra que padeció lagunas. Su salto a un equipo de mayores aspiraciones es lógico y es una oportunidad para que se pruebe. La cuestión ahora es la siguiente. ¿Qué consigue Garitano con la llegada del portugués?
Venâncio, un punto de inflexión
Si contextualizamos un poco, Venâncio llega a Lugo desde el Vitoria de Guimaraes. En el club luso pasó la primera vuelta de su 19/20 en el ostracismo, ante el gran nivel de un Edmond Tapsoba que se estaba descubriendo al mundo. En la segunda, con la salida del central burkinés, se asentó como titular y fue uno de los centrales más destacados del campeonato portugués. A Lugo llega recomendado por su funcionamiento en la segunda vuelta, que sirvió para cubrir el hueco y hacer olvidar -en cierto modo- el rendimiento de un zaguero de la categoría de Tapsoba.
El aterrizaje de Venâncio en Lugo coincide, más o menos, con la llegada de Mehdi Nafti. No es casual que ambos factores impliquen una mejora en la defensa del club albivermello. Las dudas del equipo se disipan y se convierte en una de las escuadras más competitivas de la categoría en apenas unas jornadas. En esa pareja con Diego Alende o Djaló aporta veteranía, tablas y talento defensivo. Incluso gol, pues algún remate en el área pudo conectar y finalizar. Una de las consecuencias de su capacidad aérea.
Cemento armado para los armeros
Venâncio demuestra en el Anxo Carro ser un central perfectamente capacitado y asentado a las exigencias de la Segunda División. En apenas un año logra probarse como un zaguero ordenando, que ayuda al equilibrio de los bloques bajos y al poderío en la retaguardia de sus equipos. Físicamente completo, de 1,86m, capaz de vencer mucho por alto -pese a no implicarse tanto en estos duelos- y para incomodar de cerca a referencias y delanteros fuertes. Incluso capaz de aguantar con ciertos espacios y de corregir a las espaldas. Su mayor virtud, en la opinión de un servidor, es la capacidad que tiene para interceptar y cerrar pases sobre los delanteros en cualquier tipo de bloque. En definitiva, es un central inteligente en lo táctico y capaz en lo físico.

Foto: La Voz de Galicia
Por otra parte, en lo ofensivo es un central sólido. El luso, diestro cerrado, no capitaliza la salida de balón, pero sí que tiene buenas aplicaciones a ella. Su pase largo, por ejemplo. No calibra ni mide mal en distancias difíciles, tiene una técnica pulida. En distancias cortas tampoco muestra mal desempeño, es un central bastante seguro. Es capaz, incluso, de topar con el pase vertical al apoyo profundo en el interior, sin ser un especialista. Es un complemento interesante al inicio de posesión. Venâncio muestra mucho empaque en ambas fases del juego.
Una garantía para una zaga en reestructuración
Con la salida de Bigas y el fin de contrato de Oliveira a Garitano sólo le quedaban dos centrales en nómina: Anaitz Arbilla y Esteban Burgos. La llegada de Frederico Venâncio puede ser un refuerzo que valga como titular para un proyecto de ascenso, pero que también pueda ofrecer fondo de armario al Éibar de llegar más futbolistas en esta parcela. El portugués será una magnífica competencia a ellos en el lado derecho y una gran oportunidad para que él se pruebe en un reto de la máxima exigencia en ese nivel.
Ipurúa ha comenzado a reconstruir las bases de su muro caído. Ladrillo a ladrillo, batalla tras batalla. La incorporación de Frederico Venâncio será una herramienta más con la que guarecer los objetivos. Un utensilio con el que construir el camino hacia Primera División y proteger la portería. Cemento armado y cimientos armeros.
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